Con la entrada en escena de la llamada nueva filosofía de la ciencia en las décadas del ’60 y ’70, y con el propósito de entender el funcionamiento de la actividad científica, Thomas S. Kuhn propone en su libro La estructura de las revoluciones científicas, enfocar la atención en el papel que juegan los factores externalistas en el cambio científico, lo que conlleva a la noción de paradigma y, por ende, al de cambio de paradigma.

Respecto a la noción de paradigma, retomaré la primera definición que Kuhn plantea en su libro, cuando menciona que, “Considero a éstos [paradigmas] como realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica” (1999), la cual nos invita a considerar que, en un paradigma se enmarcan el conjunto de creencias epistemológica y reglas metodológicas, de una comunidad científica –grupo de personas-, como la de los investigadores educativos, que define unos modos de producción de conocimiento, durante un determinado tiempo, por tanto, un paradigma nos proporciona el marco en el que se realiza y se evalúa la investigación educativa.

En cuanto al cambio de paradigma, además de los factores racionales internos, Kuhn plantea que los factores los externos, resultan relevantes para el cambio, para que “crezca el sentimiento en la comunidad científica de que el paradigma ha dejado de funcionar adecuadamente” (1999), de esta manera, los contextos invitan a poner en práctica epistemologías y reglas metodológicas diferentes.

Ahora bien, a continuación, intentaré no sólo narrar el proceso de la actualización y cambio de la normatividad del COMIE, la cual conlleva a nuevas prácticas y formas de actuar, sino que trataré de hacerlo de manera reflexiva, tomando prestados del marco epistemológico anteriormente planteado, los términos de ‘paradigma’ y ‘cambio de paradigma’, teniendo en cuenta las claras diferencia que existen -dado que son de distinta naturaleza, pero recuperando que tienen algo en común: aluden a comunidades científicas y sin duda el COMIE es una de ellas.

En ese contexto, se puede pensar la reforma de los Estatutos del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), como un ‘cambio de reglas’ de la comunidad de investigadores educativos. Recordemos que los Estatutos fueron aprobados en la Asamblea Extraordinaria del 19 de octubre de 2017, por el 75.49% de los asociados. La reforma a los Estatutos, la modificación a los Reglamentos -electoral, de admisión y de la Revista Mexicana de Investigación Educativa (RMIE)- y la creación del Reglamento de Áreas Temáticas (RAT), fue el producto de que, en 2016, se hizo patente que el ‘paradigma’ había dejado de funcionar adecuadamente y de que se requería un cambio. 

Algunos de los factores externos e internos, que hicieron dieron lugar a ello, fueron: los desafíos del campo de la investigación educativa en nuestro país, los cambios en las sociedades del conocimiento y de la información, el contexto del COMIE que para ese momento contaba ya con más de 400 asociados, ausencias y articulación entre ordenamientos y, usos y costumbres –buenas prácticas- en los últimos años al interior del Consejo. Así fue como en el plan de trabajo del Comité Directivo 2016-2017, se planteó convocar a los miembros del COMIE para analizar, discutir y actualizar la legislación vigente de la asociación y generar la normatividad necesaria para la operación de las actividades del Consejo, de tal manera que se conformó la Comisión de Legislación y Normatividad, la cual estuvo integrada por siete asociados del COMIE, entre los que había un miembro del Comité Consultivo y dos del Directivo; esta comisión trabajo de marzo de 2016 a diciembre de 2017. Posteriormente, bajo la tutela del Comité Directivo 2018-2019, la comisión fue ampliada a 11 asociados para ajustar los reglamentos, de acuerdo con lo aprobado en los estatutos, y trabajó de enero a julio de 2018.

Previo a la asamblea para la aprobación de los Estatutos, se presentó la propuesta de legislación y normatividad en varias ocasiones. En primer lugar, en la Reunión de Asociados y segunda Asamblea del COMIE de 2016, realizada en Tlaxcala, la asamblea de asociados solicitó que se incluyera explícitamente en los Estatutos la organización académica del COMIE en Áreas Temáticas, las cuales se habían considerado a lo largo de la trayectoria del COMIE para la organización de algunas actividades como los Congresos Nacionales de Investigación Educativa (CNIE), Foros y Estados del Conocimiento, pero que no estaban contempladas en sus normas, ni estaban formalmente constituidas. De esta manera, la comunidad científica del COMIE, reconoció en 2016, la necesidad de incorporar formalmente en su marco de producción de conocimiento una práctica, que había estado presente desde sus inicios, con usos y costumbres particulares, pero que ahora era necesario normar –mediante el Reglamento de Áreas Temáticas (RAT)-, lo cual implica indudablemente un ‘cambio de paradigma’. En la primera Asamblea del 20 de febrero de 2017, se presentó la propuesta de reforma a los estatutos y a los reglamentos, y la versión final de los mismos, se dieron a conocer a los asociados en dos reuniones informativas con participación virtual a través de WebEx.

Una vez aprobados los Estatutos y el Reglamento de Áreas Temáticas (RAT), y con base en él, inicialmente se llevó a cabo el proceso de adhesión a las Áreas Temáticas, por parte de los asociados, el cual se realizó del 8 de octubre al 9 de noviembre de 2018. Posteriormente, del 14 al 17 de enero de 2019, se realizaron reuniones informativas para cada AT –de manera presencial y virtual-, con el propósito de informar a los asociados, sobre el proceso de organización y de elección del coordinador o coordinadora del AT. De tal manera que, con base en la normatividad, durante el mes de enero de 2019 se realizaron las elecciones de los Coordinadores de las 18 AT, por lo que, para el 31 de enero de 2019, el COMIE contó por primera vez con Coordinadores de Áreas Temáticas elegidos mediante voto directo, por los asociados adheridos voluntariamente a cada AT.

Lo anterior implica un ‘cambio de paradigma’, en tanto invita a los asociados del COMIE a implementar nuevas prácticas para hacer realidad la formalización organizativa en Áreas Temáticas, como lo será la nueva manera de conformar los equipos de los Estados de Conocimiento, de acuerdo con esta nueva normatividad, que indiscutiblemente invita a pensar ‘nuevos marcos y nuevas reglas’, aunque por un determinado tiempo, hasta que nuevos factores externos o tal vez internos, hagan que la comunidad científica del COMIE identifique que el paradigma ha dejado de funcionar adecuadamente” (Kuhn, 1999).

Referencias 

Kuhn, T. (1999). La estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo de Cultura Económica. 15ª reimpresión. Original en inglés de 1962.