Una necesaria colaboración para el estudio e implementación de programas basados en la EMTIC para superar los retos de la Educación Superior Pública

Armando Sánchez Macías

La desigualdad y la inequidad siguen siendo una preocupación latente en el sistema de educación superior en México. A pesar de los esfuerzos realizados por varias instituciones, principalmente las públicas, para reducir las disparidades de oportunidades, los indicadores de logro educativo no han experimentado avances significativos. Aunque la legislación mexicana garantiza el derecho a la educación sin distinciones, la realidad refleja desafíos significativos en términos de equidad y acceso, especialmente en la educación superior.

La importancia de garantizar un acceso equitativo a la educación radica en su capacidad para generar mayores oportunidades de desarrollo, bienestar para la población y una mejora en la calidad de vida, al mismo tiempo que fortalece la competitividad de la economía nacional.Es por ello que, la cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible tiene como objetivo garantizar que la educación sea inclusiva, equitativa y de calidad para apoyar la generación de oportunidades.

En México, la búsqueda de una cobertura universal en la educación superior sigue siendo un desafío significativo que requiere cambios sustanciales en el sistema educativo. Reducir las desigualdades que persisten entre distintas comunidades y regiones es esencial para lograr este objetivo. Para alcanzar la universalidad en la educación superior, es imperativo que las autoridades, las instituciones educativas y el presupuesto nacional reconozcan la situación actual en términos de equidad, inclusión y los desafíos asociados con la democratización del acceso.

La problemática se agrava al observar la precaria situación laboral de la mayoría de los profesores universitarios, lo que refleja la falta de compromiso de las autoridades en la asignación adecuada de recursos para esta fuerza laboral e intelectual vital.

Otro desafío crucial que no podemos pasar por alto es la calidad de la educación. No basta con ofrecer programas educativos; es esencial garantizar que sean pertinentes, impacten positivamente en las comunidades y contribuyan al bienestar y la movilidad social. Además, se debe lograr una mayor eficiencia y eficacia en los procesos educativos. Los recursos destinados a la educación siempre serán limitados, y su gestión deficiente, ya sea por incapacidad, omisiones o falta de ética profesional, solo agrava la situación.

La promoción de una educación inclusiva, accesible para todas las personas interesadas en la educación universitaria, sin importar sus circunstancias iniciales, es de vital importancia. A pesar de que la nueva Ley General de Educación establece los cimientos para este ambicioso objetivo, es esencial respaldarla con los recursos necesarios para lograr una implementación efectiva. Desde el ámbito académico, podemos aportar mediante investigaciones que diseñen las condiciones y programas académicos adecuados para alcanzar esta meta.

La educación a distancia se destaca como una de las estrategias principales para ampliar la cobertura y mejorar los procesos formativos. En México, el sistema de telesecundarias es un ejemplo exitoso que, a pesar de haber sido descuidado por administraciones anteriores, está experimentando una notable revitalización. No obstante, este enfoque educativo requiere actualizaciones en sus procesos para tener un impacto más efectivo en las comunidades a las que se dirige.

En el ámbito de la Educación Superior, es esencial llevar a cabo la reconfiguración de los planes y programas de estudio hacia modalidades mixtas. Desde el sistema de educación superior, se hace imperativo un cambio de enfoque hacia el desarrollo integral de los estudiantes. Debemos reconocer que el propósito no radica únicamente en formar empleados para satisfacer las necesidades de los sectores económicos, sino en cultivar individuos y profesionales que la sociedad requiere. Esto implica la promoción de competencias como la autodirección, la autonomía, la autoevaluación y el trabajo en equipo, siempre bajo un marco ético que promueva el bienestar común. Por supuesto, este enfoque no excluye el fomento del conocimiento y las habilidades tecnológicas.

En el caso de las instituciones de educación superior públicas, la industria 4.0 y 5.0 no es un concepto ajeno. Sin embargo, la capacidad de integrar estas herramientas en los modelos de aprendizaje aún es insuficiente. Mientras que la industria ha experimentado un notable crecimiento, la formación de los docentes no ha seguido el mismo ritmo. Los esfuerzos educativos deben aprovechar las tecnologías como un medio fundamental, ya que tienen el potencial de facilitar el desarrollo de nuevas técnicas, métodos y conocimientos que contribuyan al bienestar de la sociedad.

En este contexto, la Educación Mediada por las Tecnologías de la Información y Comunicación (EMTIC) está revolucionando los métodos de enseñanza y elevando la calidad educativa a través de estrategias que transforman la educación a distancia tradicional. Esto capacita a los estudiantes para crear su propio entorno de aprendizaje, adaptándolo a sus necesidades individuales, fomentando su autonomía, inspirándolos a innovar y contribuyendo a la construcción de un sistema educativo que promueva la igualdad de oportunidades. A pesar de los notables beneficios de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en la educación, persisten obstáculos y resistencias a su implementación.

En pleno siglo XXI, algunas instituciones de educación superior se muestran renuentes a adoptar enfoques pedagógicos alternativos y modelos educativos innovadores que aseguren una educación de calidad para sus estudiantes. La educación a distancia se considera una vía fundamental para abordar gradualmente estos desafíos, aunque persisten obstáculos como la falta de infraestructura, la necesidad de mejorar las competencias digitales tanto en el profesorado como en el alumnado, así como la necesidad de reformar los procesos de administración y gestión de las instituciones educativas.

Es crucial avanzar hacia la implementación de la EMTIC en sus diversas modalidades, considerando el análisis de contexto y relevancia en diferentes localidades. Para alcanzar este objetivo, las instituciones deben colaborar estrechamente con la comunidad de investigadores educativos. La articulación de esfuerzos de estos profesionales a nivel regional es esencial para generar evidencia empírica, identificar buenas prácticas y evaluar las condiciones y resultados de los programas de EMTIC ya en marcha.

Se hace imperativo crear y consolidar una red de colaboración entre investigadores educativos, con el fin de respaldar la obtención de financiamiento, la formación y capacitación de recursos humanos, la implementación efectiva de la EMTIC en diversas instituciones, y en última instancia, el desarrollo de modelos de gestión y políticas públicas para la EMTIC en la región.

En conclusión, el panorama de la educación superior en México enfrenta importantes desafíos relacionados con la desigualdad y la falta de equidad. A pesar de los esfuerzos y las iniciativas implementadas por algunas instituciones, la brecha en la accesibilidad a la educación superior persiste. La educación es un pilar fundamental para el desarrollo individual y colectivo, y su falta de accesibilidad e inequidad en México limita la capacidad del país para generar oportunidades, bienestar y competitividad en la economía global. Para abordar estos desafíos, es esencial una revisión profunda de las políticas y estructuras educativas, reconociendo la importancia de la equidad y la inclusión en la educación superior. La calidad de la educación también debe ser un enfoque primordial, asegurando que los programas académicos sean pertinentes y efectivos en la generación de bienestar y movilidad social.

La educación a distancia, en particular la EMTIC, se presenta como una estrategia clave para ampliar la cobertura y mejorar la calidad educativa. Sin embargo, se enfrentan barreras y resistencias que deben superarse, como la insuficiencia de infraestructura y la falta de competencias digitales en docentes y estudiantes. La colaboración entre investigadores educativos y la articulación de esfuerzos a nivel regional son fundamentales para avanzar en la implementación de la EMTIC y el desarrollo de políticas educativas efectivas.

La transformación de la educación superior en México hacia un modelo más inclusivo, equitativo y de alta calidad es un desafío apremiante que requiere de una voluntad política sólida, inversión adecuada y una visión compartida de la importancia de la educación en el desarrollo sostenible del país. Esta reflexión pretende motivar a los investigadores educativos mexicanos a unirse en un esfuerzo conjunto que nos permita, desde nuestras propias realidades y con los recursos a nuestra disposición, avanzar en la creación de nuevas metodologías, modelos y técnicas que faciliten la integración de las EMTIC en la educación superior. Trabajemos de manera colaborativa y coordinada para lograr este objetivo.

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