HISTORIA

30 AÑOS DEL CONSEJO MEXICANO
DE INVESTIGACIÓN EDUCATIVA

Este texto fue publicado en el número 99 de la Revista Mexicana de Investigación educativa y forma parte del dossier realizado en el marco del 30 aniversario del COMIE

Este 2023 conmemoramos el treinta aniversario del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE). Para unirnos a los festejos nos dimos a la tarea Yazmín Cuevas, Elsa Naccarella y la de la pluma de convocar a personas asociadas del COMIE para escribir en este suplemento.

La intención es reflexionar sobre la trayectoria del Consejo y cómo ha signado al campo de la investigación educativa en tanto espacio plural y diverso. Recuperar su historia, analizando sus múltiples aristas; indagar en torno a sus labores principales y pensar en el futuro del campo y del COMIE como historias consustanciales a la producción de conocimiento sobre la educación en nuestro país.

A partir de esta intención organizamos seis ejes temáticos que nos permitieran invitar a personas fundadoras del COMIE, expresidentas y expresidentes, asociadas y asociados de consolidada trayectoria; así como quienes están desarrollando su carrera en la investigación educativa para sumar voces de múltiples generaciones, posiciones, versiones de la historia y confluencia de visiones sobre los aportes del Consejo.

El primer eje se intitula “La creación del COMIE y su impacto en el contexto educativo nacional hace 30 años”. Felipe Martínez Rizo y Rosa María Torres describen la década de los setenta en el ámbito de la educación en tanto condición de posibilidad, la relación con los gobiernos en turno y el reconocimiento a la consolidación del COMIE. Cabe señalar la afirmación en el texto de Torres en torno a la participación de las mujeres y la impronta por consolidar la perspectiva de género en el Consejo.

El segundo eje analiza “Las distintas voces y tendencias que integran al COMIE: grupos que han impulsado la investigación educativa en México”. Sylvia Schmelkes señala con claridad las distintas instituciones que impulsaron la creación del COMIE, reconociendo el papel crucial de Pablo Latapí Sarre y Carlos Muñoz Izquierdo, entre otros, en esta tarea y cómo se han ido diversificando estos grupos. Completa esta sección el trabajo de Angélica Buendía quien sitúa sus reflexiones de cara a los cambios en las voces que organizan las políticas educativas, en particular durante su periodo como presidenta del COMIE. Ambas coinciden en una crítica importante al momento que vive la investigación educativa
en el gobierno actual y los obstáculos que consideran, impiden su mejor desarrollo.

El eje temático “Los estados de conocimiento: impactos y retos para la investigación educativa” arranca con el texto de Ángel Díaz Barriga, quien realiza un agudo análisis sobre la elaboración de los estados de conocimiento y sus principales retos actuales, tales como la falta de apoyo institucional, el individualismo como ambiente de la investigación científica, entre otros aspectos que marcan retos importantes para los siguientes estados de conocimiento. Alberto Ramírez Martinelli hace un recuento tanto histórico como numérico de los estados de conocimiento brindando un panorama muy completo de su desarrollo. A continuación Günther Dietz, despliega un acercamiento puntual a los estados de conocimiento del área multiculturalismo, interculturalidad y educación y, en este mismo
sentido, pero tomando el caso específico del campo del currículum, Concepción Barrón analiza las tendencias epistémicas que han direccionado a la investigación curricular en los estados de conocimiento, bordando sobre las continuidades, ausencias, tensiones, disrupciones y futuros posibles, en tres momentos históricos. Para finalizar, Martha Vergara indica las tendencias y retos para la investigación educativa, reflexionando en
torno a la elaboración de los estados de conocimiento.

El siguiente eje temático corresponde al análisis de los congresos nacionales, con el trabajo de Lourdes Chehaibar el lector tendrá todos los detalles de la trayectoria de los 16 CNIE, resaltando los cambios y las formas en su organización a lo largo del tiempo. La autora resalta las bondades de los congresos en términos de las redes y consolidación de grupos
de investigación que propicia la entrada de temas emergentes, así como reflexiones colectivas en torno a las políticas educativas.

El quinto apartado está dedicado a la Revista Mexicana de Investigación Educativa, el tercer pilar del COMIE. Tres de sus exdirectoras: Susana Quintanilla, Guadalupe Ruiz y Rocío Grediaga reflexionan sobre el pasado, el presente y el futuro de la revista; la cual goza de amplio reconocimiento a nivel nacional y en los rankings mundiales de investigación científica. Las tres coinciden en que el futuro de la revista a su tránsito digital representa el desafío imperativo de este momento dadas las nuevas reglas del juego
de la divulgación de la ciencia.

Finalmente, las y los lectores encontrarán el sexto eje del suplemento, dedicado a los retos de la investigación educativa y del COMIE hacia el futuro. Gabriela de la Cruz, propone seis grandes temas para pensar el futuro, mientras Yazmín Cuevas y Ana Laura Gallardo, tomamos como pretexto un conversatorio protagonizado por algunas personas fundadoras para establecer un diálogo intergeneracional pensando en el porvenir del COMIE. Llama
la atención que ambos trabajos retomen la noción de trazos, lo cual puede interpretarse como el inminente recambio que atraviesa el Consejo.

En su conjunto, los textos muestran un interesante caleidoscopio sobre el COMIE, todo ellos aportan piezas del gran rompecabezas que fue su inicio, pero también añaden preocupaciones comunes en torno a la necesidad de expandir la investigación educativa tanto en sus métodos como posturas epistémicas. Mejorar las condiciones institucionales para esta ardua tarea, así como seguir profesionalizando a quienes nos dedicamos a ella, como el caso de las y los docentes y estudiantes de licenciatura, sin dejar de lado
la necesidad de que el conocimiento científico contribuya a la toma de decisiones en las políticas educativas.

La expectativa de que el COMIE se mantenga como la principal organización civil que aglutine a las mentes más avezadas en torno a la producción de conocimiento es, sin duda, una apuesta por el futuro, aprendiendo las lecciones que el presente impone, tanto en su organización interna, sus formas de manutención, así como sus tareas de impulso a la investigación educativa. La mayoría de las personas autoras identifican, sin dudarlo, la
exigencia de replantear aspectos fundamentales que permitan al COMIE seguir su tránsito en el siglo XXI.